domingo, 21 de marzo de 2010
El Calvitero
Esta mañana salí a patear sin perras, solo con mis amigos Bimba y Enzo.
Es una excursión que he hecho muchas veces,la he usado como piedra de toque para probar al personal....
Y hoy ha sido muy especial, nunca había sentido tanto silencio y a la vez tantos sonidos diferentes: el viento, mis pisadas, las de Bimba, las de Enzo, los bastones, el agua ...un concierto distinto.
El espacio y el tiempo cambian también cuando vas sola: una hora para subir , media hasta llegar a la ceja aunque no he subido al Canchal, me he parado en la subida para echar un vistazo a las Lagunas del Trampal y media vuelta para comer en casita.
Repetiré la experiencia pronto en otro lugar.
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