Esta cosa rara que es la vida vale más cuando una se siente la verdadera protagonista de ella. (Beatriz Espejo)

lunes, 24 de mayo de 2010

Cinco Lagunas



Salimos el sábado a las cinco de la tarde, dejando la furgo en el puente. hacía calor pero se fue nublando y esto nos facilitó la subida con los mochilones, que pesaban lo suyo.Llegamos al refugio de la Barranca a las ocho menos cuarto y durante todo el trayecto disfrutamos de las formidables vistas de los picos que rodean la Hoya de las Berzas y los del Circo de Cinco Lagunas.

El refugio es bastante pequeño pero estaba vacío, así que disponíamos de los dos tableros laterales para nosotras. lo primero que hicimos fue limpiarlo todo, aunque a decir verdad estaba bastante bien, y colocar nuestros aislantes , por si llegaba alguien más...
Luego dimos de comer a Bimba y a Enzo , nos aseamos y preparamos nuestra cena: bocata de jamón y de postre una naranja. Nos lavamos los dientes en el caudaloso arroyo que discurre junto a la choza y después subimos un repecho para contemplar mejor el valle.A las diez nos metimos en los sacos y escuchando a Goldfrapp nos quedamos dormidas.
Enzo me despertó a las 06:15, ladrando a algún pajarillo o cualquier ruido de fuera, así que me levanté y vi amanecer.
Desayunamos y dejamos todo recogido, pues a Cinco Lagunas solo queríamos llevar la cámara de fotos y el agua, ligeritas para andar bien.

Salimos a las ocho y tras subir un fuerte repecho nos encontramos con un suave camino que nos llevó a otro repecho y a la laguna de Majalaescoba. Allí nos encontramos a una familia que había pernoctado en sus tiendas. Habían ido a pescar . Hasta aquí tardamos una hora.
Desde aquí la subida es a través de rocas y mas rocas con su peligro correspondiente. Los resbalones pueden tener graves consecuencias...


Había una cascada impresionante que me recordaba a las de los Pirineos.

Despues de media hora aproximadamente llegamos a la Hoya de las Berzas que es un pequeño circo glacial y todo nevado aún.

Desde aquí había que subir una fortísima pendiente, casi una pared, para llegar a la primera laguna. Aquí ya todo era nieve. Solamente la primera laguna tenía algo de agua , las demás eran todo hielo. Con lo cual no pudimos seguir el camino marcado en el GPS, junto a las lagunas, a no ser que quisiéramos correr el riesgo de pisar , romper el hielo y hundirnos.
Así que seguimos un camino paralelo por la falda de la montaña.

Hasta llegar a la última y más grande de las lagunas. Bajamos hasta la orilla, solo una parte de la orilla estaba descongelada.

Desde el refugio hasta las lagunas tardamos dos horas. Descansamos e hicimos la tira de fotos y cogimos el camino de regreso y mi Garmin marcaba 12km y 400 m desde donde dejamos la furgoneta.

Bimba y sobre todo Enzo se lo pasaron en grande con las cabras.
A la vuelta nos cayó un buen chaparrón y llegamos empapadas, menos mal que llevábamos ropa de repuesto.
Pero nos quedamos con esta imagen en nuestras retinas. Fue donde paramos a comer , poco antes de que comenzara la tormenta.


Hoy lunes Enzo y Bimba aún no se han repuesto: ahí están en sus colchonetas, tiradísimos y durmiendo sin parar.
Y nosotras ya estamos pensando en volver para ver las lagunas tal cual, sin nieve.

sábado, 1 de mayo de 2010

La Campana







Esta ruta circular sale de Tornavacas y tras cruzar la carretera N 110 sube en dirección Norte, hacia La Campana , un bonito pico con forma de campanario.
Hemos hecho la excursión con el grupo de montaña de Tornavacas y había dos opciones: subir hasta el Torreón, imposible para nuestros perros, o subir a La Campana . Hemos ido juntos hasta este punto, una vez allí, las diez personas que iban al Torreón se han desviado a la derecha en la Portilla Galinda y nosotros ocho a la izquierda.
La vuelta ha sido un poco desatre, desde la Portilla Galinda hemos bajado un buen trecho sin camino, entre carabones o piornos, no sé lo que eran esos matojos. Luego Pedro propuso seguir hacia arriba, Maite y yo le seguimos y efectivamente el camino era perfecto por allí. Pero los demás se desviaron hacia abajo y ...al final les vimos a lo lejos separados en dos grupos, uno lejísimo y otro más próximo, aunque bastante más atrás que nosotros tres, así que bajamos y continuamos el camino de regreso los cinco. Gracias a Pedro, un pastor de Jerte que tiene un GPS en su cerebro.