Salimos el sábado a las cinco de la tarde, dejando la furgo en el puente. hacía calor pero se fue nublando y esto nos facilitó la subida con los mochilones, que pesaban lo suyo.
Luego dimos de comer a Bimba y a Enzo , nos aseamos y preparamos nuestra cena: bocata de jamón y de postre una naranja. Nos lavamos los dientes en el caudaloso arroyo que discurre junto a la choza y después subimos un repecho para contemplar mejor el valle.
Enzo me despertó a las 06:15, ladrando a algún pajarillo o cualquier ruido de fuera, así que me levanté y vi amanecer.
Desayunamos y dejamos todo recogido, pues a Cinco Lagunas solo queríamos llevar la cámara de fotos y el agua, ligeritas para andar bien.
Salimos a las ocho y tras subir un fuerte repecho nos encontramos con un suave camino que nos llevó a otro repecho y a la laguna de Majalaescoba. Allí nos encontramos a una familia que había pernoctado en sus tiendas. Habían ido a pescar . Hasta aquí tardamos una hora.
Desde aquí la subida es a través de rocas y mas rocas con su peligro correspondiente. Los resbalones pueden tener graves consecuencias...
Había una cascada impresionante que me recordaba a las de los Pirineos.
Desde aquí había que subir una fortísima pendiente, casi una pared, para llegar a la primera laguna. Aquí ya todo era nieve. Solamente la primera laguna tenía algo de agua , las demás eran todo hielo. Con lo cual no pudimos seguir el camino marcado en el GPS, junto a las lagunas, a no ser que quisiéramos correr el riesgo de pisar , romper el hielo y hundirnos.
Así que seguimos un camino paralelo por la falda de la montaña.
Desde el refugio hasta las lagunas tardamos dos horas. Descansamos e hicimos la tira de fotos y cogimos el camino de regreso y mi Garmin marcaba 12km y 400 m desde donde dejamos la furgoneta.
Bimba y sobre todo Enzo se lo pasaron en grande con las cabras.
A la vuelta nos cayó un buen chaparrón y llegamos empapadas, menos mal que llevábamos ropa de repuesto.
Pero nos quedamos con esta imagen en nuestras retinas. Fue donde paramos a comer , poco antes de que comenzara la tormenta.
Hoy lunes Enzo y Bimba aún no se han repuesto: ahí están en sus colchonetas, tiradísimos y durmiendo sin parar.
Y nosotras ya estamos pensando en volver para ver las lagunas tal cual, sin nieve.